El ajedrez suele asociarse a cosas buenas, con razón. Los
publicistas se aprovechan de su imagen siempre que pueden, pero pocos saben
cuántos beneficios concretos conlleva su práctica. Veamos diez de las ventajas
del ajedrez (por el camino se citan muchas más), recopiladas recientemente
en este
blog y en un gran número de estudios científicos.
1. Eleva tu cociente intelectual
¿La gente inteligente tiene predisposición al ajedrez o las
personas se hacen más listas gracias al juego? Cuando resuelvas lo de la
gallina y el huevo te puedes entretener con este dilema. Sin embargo, hay
estudios que se mojan, como uno realizado con 4.000 estudiantes venezolanos.
Después de cuatro meses dando jaques, se comprobó que su CI había mejorado.
En este enlace puedes
leer más de otro estudio del doctor Peter Dauvergne, de la Universidad
de Sidney. En él habla de de las ventajas del ajedrez para los chavales, que
mejoran su capacidad para resolver problemas, mejoran sus habilidades lectoras,
de lenguaje, matemáticas y memorísticas, desarrollan un pensamiento creativo y
original, aprenden a tomar decisiones más precisas y rápidas bajo presión,
mejoran sus notas en los exámenes, aprenden a elegir mejor entre varias
opciones, se concentran mejor, etcétera, etcétera, y todo ello
independientemente de su sexo y de su nivel socieconómico.
Solo con este punto quedan claras las propiedades casi
milagrosas del ajedrez.
2. Ayuda a prevenir el alzheimer
El cerebro también es un músculo. Un estudio del doctor Robert
Freidlandpublicado en «The New England Journal of Medicine» aseguraba
que los mayores de 75 años que habían practicado actividades como el ajedrez
estaban mucho mejor preparados para luchar contra el alzheimer, la demencia y
otras enfermedades mentales. Por el contrario, aquellos que rara vez se
entretenían con juegos de tablero eran mucho más propensos y tenían cerebros
que envejecían más rápido.
Dicho lo cual, tampoco está mal dar un paseo de vez en
cuando. Seas joven o viejo, haz algo de ejercicio de cuello para
abajo. Más información, en este enlace(en inglés), en este otro (en español) y
también aquí (de
nuevo en castellano).
3. Ejercita ambos hemisferios cerebrales
«The New
York Times» se hacía eco hace unos meses del estudio de unos
investigadores alemanes que venía a demostrar que tanto los grandes maestros
como los novatos, cuando juegan una partida o analizan una posición (sirve el
problema diario que publica ABC) hacen trabajar por igual a los dos
hemisferios del cerebro.
El resultado sorprendió a los propios investigadores, que
pensaban que el lado izquierdo del coco tendría un papel más relevante. Resulta
que somos tan listos que para resolver más rápido las dificultades que plantea
nuestro juego favorito echamos mano hasta de la última neurona disponible.
Pincha en los enlaces del principio del párrafo si la explicación se te queda
corta.
4. Mejora la creatividad
El hemisferio derecho del cerebro es el responsable de la
creatividad y por lo leído en el punto anterior no debe sorprender que el
ajedrez ayude a desarrollarla, algo que es de sentido común para cualquiera que
conozca un poco este juego, aunque hay grandes maestros más artistas y otros
más parecidos a robots. De todos los estudios disponibles, destaca uno del doctor
Robert Ferguson, realizado con estudiantes. Después de 32 semanas, el grupo de
alumnos ajedrecistas obtuvo mejores resultados en las pruebas de creatividad,
con la originalidad como principal mejora de sus aptitudes. Si hubieran
estudiado las partidas de Tal o Bronstein probablemente habrían llegado aún más
lejos.
5. Potencia la memoria
Esto es también una obviedad, aunque puede volver a plantear
el dilema de la gallina y el huevo. No es posible ser un buen ajedrecista sin
buena memoria. Para salir de dudas, un viejo estudio de
1985 demostraba que los estudiantes que practicaban el ajedrez destacaban por
su mejor memoria en todas las asignaturas.
En otro experimento realizado en Pensilvania se comprobó que
los alumnos que nunca habían jugado también mejoraban notablemente su memoria y
sus habilidades verbales, lo que tiene gracia teniendo en cuenta lo poco que se
suele hablar durante una partida.
6. Ayuda a resolver problemas
Otra perogrullada. El ajedrez desarrolla sobre todo esta
habilidad, con las dificultades añadidas del límite de tiempo y de la presencia
de un villano que te pone piedras en el camino. En otro estudio realizado en el
año olímpico de 1992, un grupo de 450 alumnos fueron divididos en tres grupos:
el primero siguió el programa normal, el segundo recibió clases de ajedrez
después de terminar el primer grado y el tercero empezó a practicar el ajedrez
desde el principio. No hará falta detallar cuál fue la clasificación final
entre los grupos en las pruebas que se realizaron después con estos 450 niños.
Aquí puedes
leer toda una colección de estudios sobre las ventajas del ajedrez en la
educación.
7. Incrementa la capacidad lectora
Este punto es más sorprendente. El doctor Stuart
Margulies (quizá tenga algo que ver con la protagonista de «Urgencias» y
«The good wife») descubrió a partir de un estudio (realizado
en 1991 en 53 colegios de educación primaria de Nueva York) que los chavales
que participaron en el programa de ajedrez, durante dos años, mejoraron de
forma significativa su capacidad lectora y superaron la media nacional.
La ventaja media de los jugones fue de 5,4 puntos en el
percentil nacional (los americanos tienen hasta un test estandarizado para
medir estas cosas; no se basan en apreciaciones subjetivas). El propio
Margulies expone algunas teorías para justificar esta propiedad milagrosa del
ajedrez, pero no ofrece una conclusión definitiva.
8. Facilita la concentración
Otra conclusión que no sorprende. El ajedrez exige tanta
concentración que a un jugador enfrascado en una partida interesante puede
aislarse por completo del ruido exterior. Hace años tuvo lugar un torneo en los
andenes del Metro de Madrid y puedo asegurar que los viajeros molestaban menos
a los jugadores que al revés, más que nada por el espacio que ocupaban las
mesas. Un poco más sobre este punto en este enlace.
9. Hace crecer las dentritas
Si supiéramos lo que son, ya sería un avance. Las dentritas
(no pienso ir más allá de lo que cuenta la Wikipedia) son «prolongaciones
protoplásmicas ramificadas, bastante cortas, de la neurona. Están implicadas en
la recepción de los estímulos, pues sirven como receptores de impulsos
nerviosos provenientes desde un axón perteneciente a otra neurona».
Dicho lo cual, que estas conexiones interneuronales crezcan
solo puede ser bueno (dentro de un orden). Lo mejor del ajedrez es que no solo
se desarrollan cuando aprendes a jugar, sino que practicar después sigue siendo
el mejor fertilizante natural. Si después de leer esto las dentritas son tus
personajes de no ficción favoritos, aquí hay
más material.
10. Enseña a planificar y hacer previsiones
La corteza prefrontal es una de las últimas zonas del
cerebro en desarrollarse, justo el área responsable de planificar y anticiparse
a los acontecimientos, del autocontrol y el buen juicio. Quizá eso explique que
mi hija Olivia, que va a cumplir un añito, se empeñe en lanzarse al vacío
desde el sofá sin tener en cuenta las consecuencias.
Los adolescentes todavía son inmaduros en este campo (aquí
podría citar algún ejemplo de Lucía, pero como puede leerme me lo ahorro).
Pues bien, los juegos de estrategia se han revelado como una forma magnífica de
desarrollar la corteza prefrontal y ayudar a tomar mejores decisiones en
cualquier área de la vida.
Como siempre, un poco más de información aquí.
Después de conocer todas estas ventas, conviene tener en
cuenta que el ajedrez tampoco es la panacea ni impedirá que cometamos errores
(o yo no jugué lo suficiente de pequeño).
Federico Marín Bellón

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